Las políticas de Organización y de Protección

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Es nuestro deber tomar medidas preventivas para garantizar la seguridad de las niñas/muchachas bajo nuestra vigilancia y dar pasos intransigentes cuando se encuentra VBG en nuestros programas. Esto requiere el desarrollo de un claro, interno curso de acción y el Código de Conducta. Información acerca de cómo crear mecanismos sólidos para la protección de VBG vivida en dentro de un programa deportivo está situado en las secciones de Preparación de la respuesta de la organización, referencia y registro.

Lo/as entrenador/as tienen una dinámica de poder única con niñas y muchachas entusiastas en su adolescencia. La niñas/muchachas admiran a sus líderes y creen en su orientación. Pueden estar emocionalmente deseosas de su atención y aprobación. Más allá del apego emocional, las niñas/muchachas pueden ser financieramente o en la práctica dependiente de lo/as entrenadores en un contexto de desarrollo, pues ello/as son su línea directa a las oportunidades educativas, oportunidades de juego más avanzado, alimentación, vivienda o empleo.

Por desgracia, hay innumerables historias de entrenadores abusando de su poder, influencia, cometiendo violaciones, y manipulando a las niñas/muchachas. De hecho, los abusadores consecutivos buscan entornos precisamente con desequilibrio de poder para encontrar a sus víctimas. Lo/as entrenador/as a menudo no son regulados en su comportamiento y tienen una completa libertad para ejercer un control inadecuado sobre sus jugador/as. Las niñas/muchachas a menudo no tienen la fuerza física o el conocimiento, o la confianza de saber que están experimentando VBG o de cómo detenerla.

Ejemplos reales de este abuso de poder son: el hostigamiento verbal, la degradación psicológica, agresiones/violaciones a niña/muchachas u otros entrenador/as, obligar a las niña/muchachas a negociar favores sexuales para puestos u oportunidades en el equipo, el embarazo de niña/muchachas, uso inadecuado de la fuerza como castigo o para mejorar el rendimiento, negación a suficiente descanso/atención médica, o nutrición y regímenes de pérdida de peso que llevan a trastornos de la alimentación.

La violencia basada en género que se produce dentro de los programas deportivos no se limita sólo al abuso por parte de lo/as entrenador/as. El personal del programa, entrenador/as físicos, el equipo médico, consejeros y funcionarios también pueden contribuir al problema. En los programas deportivos mixtos, las niñas/muchachas podrían estar inter-actuando con los niños/muchachos más que en la escuela o el hogar, incluyendo la interacción física. Esto puede hacer que las niñas/muchachas sean vulnerables a una serie de VBG por sus pares, incluyendo la humillación basada en el sexo, manoseos, acoso sexual y actos sexuales forzados. A pesar de que la VBG pasa con mayor frecuencia en los programas deportivos mixtos y suele ser el hombre atacando a una mujer, es importante tener en cuenta que lo contrario también puede ocurrir. En tales casos, los recursos deben ser ciegos al género, lo que significa ofrecer a los niños/muchachos y a las niña/muchachas el mismo acceso a los servicios, el apoyo y la justicia.

Es importante señalar aquí que las niñas/muchachas mayores pueden representar una amenaza a veces dentro de un programa. Uno de los asociados de nuestro programa, recalcó que las niñas/muchachas mayores pueden abusar de su poder y aprovecharse de sus compañeras más jóvenes.

 

Footnotes: 

65 . I Fasting, Kari, Celia Brackenridge and Jorunn Sundgot-Borgen, Female Elite Sports and Sexual Harassment, Norwegian Olympic Committee, Oslo, 2000.