Consejos para Crear Espacios Seguros en el Deporte

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Hay elementos cruciales que todos los programas deben tener en cuenta al abordar la seguridad. Entrenadoras, entrenadores y todo el personal que inter-actúa con las niñas y las muchachas es indispensables para la creación de espacios seguros. Ellos y ellas son los principales responsables de garantizar a las niñas y a las muchachas tanto protección de daños físicos como un entorno deportivo dónde se sientan emocionalmente seguras y cómodas.

Las personas líderes del programa no siempre pueden garantizar la seguridad de las muchachas y niñas fuera del programa. Trabajar con niñas y adolescentes significa darles los conocimientos y habilidades para manejarse en su entorno, tanto dentro como fuera del programa. Los programas también pueden ayudarlas a desarrollar mecanismos para lidiar con los desafíos de seguridad personal en el mundo exterior.

Los Espacios Físicos de Seguridad

  •   Asegúrese de que el espacio de juego es limpio y libre de objetos peligrosos, como vidrios rotos y postes.
  •   Asegúrese de que las superficies de juego están sin agujeros ni superficies rugosas que puedan causar lesiones. Marcar claramente los lugares donde hay peligros.
  •   Siempre tener preparado el botiquín de primeros auxilios en caso de lesión.
  •   Asegurar que las niñas y muchachas tienen equipo de protección adecuado para los deportes que lo requieran.
  •   Desarrollar Calendario de sesiones en momentos en que las niñas y muchachas no tienen que caminar, hacia o desde su casa, en la oscuridad.
  •   Establecer las reglas del juego que las niñas y las muchachas están jugando, reforzar el "juego limpio".
  •   Adoptar una política de no-peleas dentro del programa. Esto debería aplicarse a participantes, entrenadores/as y voluntario/as, y debe incluir ataques físicos y verbales.
  •   Capacitar a los y las entrenadores/as para asegurarse de que son capaces de mantener espacios seguros para las niñas y las muchachas.
  •   Familiarizarse con las personas vecinas de la zona.
  •   Identificar y establecer alianzas con hospitales o servicios de salud para la referencia en caso de una emergencia.
  •   Considerar la proporción de niñas/muchachas por entrenador/a. Esto dependerá del tipo de deporte que se está jugando.
  •   Asesorar a las niñas y muchachas de no hablar con extraños y si se les acercan, dirigirlos a sus entrenador/as, padres/madres o responsables.
  •   Tener acceso a instalaciones sanitarias seguras y limpias y a agua potable.

 

Espacios Emocionalmente Seguros

  •   Invitar a las niñas y a las muchachas a definir lo que es importante para ellas en la creación de su espacio seguro.
  •   Crear y firmar con las niñas y las muchachas un código de conducta para las sesiones de entrenamiento y los debates de aspectos sensibles. Pedirles que decidan qué parámetros se definirán como    confidenciales y las sanciones correspondientes cuando alguien rompe con este código.
  •   Enseñar a las niñas y las muchachas habilidades de comunicación para ayudarles a resolver pacíficamente los conflictos entre ellas.
  •   Considerar la posibilidad de celebrar reuniones en espacios físicamente cerrados, para mantener fuera a las personas extrañas y ayudar a las niñas y a las muchachas a sentirse seguras.
  •   Estos lugares no tienen que ser construidos desde cero. A menudo se pueden lograr acuerdos con las comunidades para recurrir a espacios públicos ya existentes (gimnasios etc.).
  •   Si es posible, no permitir la asistencia de personas no participantes, tales como novios, a observar prácticas regulares y sesiones de discusiones, es probable que las niñas y las  muchachas se sienten intimidadas o inhibidas frente a una audiencia.
  •   Asegúrese de que siempre hay una mujer adulta esté presente cuando un hombre esté involucrado en el entrenamiento deportivo.
  •   Ser conscientes de prácticas de intimidación. Exigir respeto de y para todas las niñas y las muchachas.
  •   Poner una caja de sugerencias para enriquecer el programa y  sugerir temas para abordar.
  •   Permitir que las niñas y las muchachas hablen de temas sensibles en el lenguaje que más les resulte más cómoda. Sin embargo, tomar en cuenta que pueden haber niñas y muchachas que no hablan el mismo lenguaje de la mayoría y pueden sentirse marginadas.
  •   Desalentar rumores y chismes.
  •   Animar a compartir el poder entre las niñas y las muchachas. No permita que una niña de ejerza poder sobre otras, por ejemplo: en la selección del equipo.
  •   Proporcionar vestidores privados. Aunque un espacio permanente sólo para niñas y muchachas es preferible, está bien usar un espacio que sea utilizado tanto por hombres y como mujeres, siempre y cuando se les prohíbe a los niños y muchachos usarlos al mismo tiempo que las niñas y muchachas lo están utilizando. En culturas conservadoras, puede ser necesario establecer espacios del mismo sexo y/o vestidores para asegurar que las niñas y muchachas se sientan incómodas.
  •   Adoptar una política de cero tolerancia para el abuso o acoso sexual.
  •   Proporcionar formación a todos los miembros de la organización sobre lo que significa abuso y acoso sexual y qué medidas tomar en el caso de que ocurriera un incidente.
  •   Revisar continuamente estos conceptos. Muchos programas tienen participantes nuevo/as regularmente, y es importante  discutir las reglas y las expectativas con el nuevo personal. Las personas de más edad o con más experiencia pueden conducir estas discusiones.
  •   También es importante que los entrenador/as mantengan la confidencialidad y que no pongan en peligro la confianza que han cultivado con las niñas y las muchachas. Ello/as deben recordar que las niñas y las muchachas pueden haber experimentado  momentos en los que su confianza ha sido traicionada.