La violencia basada en género es una violación para la seguridad de niñas y muchachas. Con el fin de abordar de manera efectiva VBG en su programa deportivo, los participantes y sus familias deben confiar en que todas las actividades se desarrollan en un entorno seguro. Abordar las preocupaciones sobre seguridad debe ser una prioridad para todos los programas deportivos que buscan empoderar a las niñas y muchachas.
Martha Brady, del Consejo de Población, ha escrito mucho sobre el concepto de programas deportivos creando "espacios seguros" para las adolescentes y las niñas, un concepto que ahora está ampliamente difundido y promovido dentro de los programas de deporte de niñas y muchachas efectivas.
Según Brady, espacios seguros son los siguientes:
- Libre de amenazas físicas y emocionales.
- Privados y confidenciales.
- Culturalmente aceptable para los padres/madres y responsables pero libre de sus presiones también.
- Convenientemente ubicados y en lugares familiares para las personas participantes del programa.
- No están sujetos a instrucciones de hombres sin ninguna relación con el programa o a figuras de autoridad no deseadas.
Sin espacios seguros el crecimiento de una niña se inhibe. Si ella tiene miedo de estar en peligro físico o emocional, ella no se sentirá cómoda para aprender y crecer en su proceso para entender la VBG. Si una niña u adolescente tiene miedo de que sea condenado al ostracismo, es poco probable que comparta sus preguntas y pensamientos más íntimos. Si durante la práctica deportiva ella se siente que es blanco brutal de las otras niñas o muchachas mayores, ella no va a querer jugar más
¿Qué es un espacio seguro?
Un espacio seguro es un ambiente donde las niñas y muchachas se sienten física y emocionalmente seguras. Es un lugar donde están protegidas de daños corporales, incluido el abuso sexual y lesiones evitables por el deporte. En un espacio seguro, las niñas y muchachas sienten la libertad de expresarse abiertamente en un entorno confidencial, sin temor a ser juzgadas o la intimidación. Estos espacios y los deportes no son peligrosos y competitivos. Esto permite que las participantes se comprometan con el programa por igual. Ellas se sienten cómodas compartiendo sus más profundas preocupaciones y preguntando cuestiones sensibles. En última instancia, la definición de un espacio seguro depende de cómo las niñas y muchachas se sientan dentro de ese espacio, por lo tanto, el espacio físico del programa debe ser constantemente evaluado y adecuado por las personas líderes del programa y por las niñas y las muchachas.
55 . Brady, Martha (2005). Creating Safe Spaces and Building Social Assets For Young Women In The Developing World: A New Role For Sport. Women’s Studies Quarterly 2005, vol.33, no.1&2, pp. 44-45.