Cuando una mujer vive violencia basada en género, el impacto físico y emocional es duradero y penetra en cada una de las esferas de la vida de una mujer. El abuso sexual y las sobrevivientes de violación muestran una variedad de síntomas trauma-inducidos incluyendo trastornos alimenticios y del sueño, depresión, sentimientos de humillación, miedo y auto-culpabilidad, miedo al sexo, y falta de habilidad para concentrarse.
Más allá del trauma emocional, VBG puede resultar in heridas físicas, adquisición de infecciones de transmisión sexual, incluyendo VIH, pérdida o deterioro de la salud sexual y de las capacidades reproductivas, embarazo no deseado e incluso la muerte.
Agravando la devastación personal que la persona vive, la realidad es que este tipo de violencia es a menudo realizada en secreto, impidiendo a las mujeres acceder a los recursos legales y médicos necesarios para salir adelante. Las sobrevivientes de VBG con frecuencia sienten vergüenza, tienden a proteger la unidad familiar y evitan el conflicto de lealtades, lo cual hace difícil discutir el problema con personas que las puede apoyar. No es raro que las mujeres sean culpadas por haber sido violadas y por ser consideradas como las que atrajeron en deshonor a sus familias. Más allá de esta renuencia, en muchas regiones del mundo, denunciar la violencia puede conducir a más violencia hacia las mujeres, en las manos de la policía, oficiales y de los mismos perpetradores. El miedo a a las represalias impide aún más que las mujeres busquen la ayuda jurídica, los servicios médicos y la consejería necesaria, continuando así el ciclo de devastación. Los asesinatos de honor son también bastante frecuentes. En algunos países el honor de la familia depende del comportamiento de la mujer.
El Costo
Consideren el impacto negativo que la VBG tiene sobre una persona y multiplíquenlo por un billón. El resultado es catastrófico alrededor de sectores regionales y globales y es un inhibidor principal del desarrollo global. Debilitando la energía de las mujeres, socavando su seguridad, y comprometiendo su salud, la violencia basada en género priva a la sociedad de la participación de las mujeres. Como U.N. Women (anteriormente UNIFEM) observó, “Las mujeres no pueden prestar completamente su trabajo o sus ideas creativas si ellas cargan con las secuelas del abuso físico o psicológico."
Salud Pública y Economía
La Violencia basada en Género trae costos significativos para las economías de los países en desarrollo y las personas, incluyendo baja productividad laboral e ingreso, bajas tasas de acumulación de capital humano y social, y la generación de otras formas de violencia ahora y en el futuro. La VBG también pone una carga excesiva en la salud pública. Las mujeres que viven VBG están más propensas a tener necesidad de utilizar los servicios de salud, en busca de tratamiento físico o emocional. Ellas también están más vulnerables a sufrir mortalidad materna, embarazos no deseados y contraer infecciones de transmisión sexual, incluyendo VIH/SIDA. A través de su impacto futuro en la conducta sexual y del uso de drogas, el abuso sexual en la niñez parece también incrementar los riesgos individuales de contraer STIs y el VIH en la adultez.
El impacto económico de la VBG puede ser entendido de dos formas, en términos del dinero gastado en los servicios, y las pérdidas en la productividad de las mujeres y en las personas parte de sus familias que han sido afectadas por la violencia. Dinero gastado en servicios médicos, legales y sociales, es dinero no gastado en otros sectores de las economías nacionales – incluyendo alimentación y educación- componentes críticos del alivio de la pobreza. La VBG compromete también los aportes económicos individuales debido a que con frecuencia se presenta con pérdida de trabajo, pérdida de productividad del abusador debido a su encarcelamiento, y pérdida de de impuesto a los ingresos debido a muerte o encarcelamiento.
Para las personas sobrevivientes, los daños físicos y el trauma sicológico tiene consecuencias de largo plazo en la educación. La depresión aguda, el estigma y el aislamiento con frecuencia tienen un impacto negativo en el rendimiento académico, todo esto lleva al abandono escolar de niñas y adolescentes. En casos de violencia comunitaria o por parte del Estado, la amenaza de la violencia en el espacio público puede hacer que los padres y las madres no permitan a sus hijas realizar el viaje a la escuela por no querer exponer a ellas al peligro.
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