Rompiendo el Silencio: Hablar de la violencia basada en género Tradicionalmente, en todas las culturas, la violencia basada en género no se habla abiertamente. A pesar de que la mayor parte de la violencia es ejercida por los hombres, la VBG es vista como un asunto femenino. En muchas sociedades, la VBG es culturalmente permitida. Las sobrevivientes mantienen el abuso en secreto, por temor a la vergüenza, o de avergonzar a su familia, o de ser aisladas socialmente o consideradas no casamenteras, o miedo de que no se les crea o de ser víctimas repetidas de la violencia. En las culturas donde los perpetradores tienen impunidad por los actos de violencia contra las mujeres, las sobrevivientes a menudo no ven razón de hablar.
El silencio agrava la epidemia: Las sobrevivientes están limitados en el acceso a servicios médicos (medicamentos para tratar el VIH), legales (acceso limitado a los tribunales) y recursos psicológicos, ellas no reciben apoyo emocional, tampoco la futura protección que necesitan, y los perpetradores, individual y colectivamente, son libres de continuar el abuso. El silencio invita a que las profundas cicatrices de la VBG queden en las personas, familias y comunidades.
Cualquier programa de deportes que desee abordar violencia basada en género debe estar dispuesto a romper el silencio y hablar abiertamente sobre las causas, las realidades, los detalles gráficos y los mecanismos de respuesta adecuados. Esto implica una voluntad de abordar el sexo, los cuerpos, enfermedad, embarazo y violencia, entre otros temas, sin vergüenza o limitaciones personales. El compromiso de construir conocimientos y apertura alrededor de la VBG debe venir del liderazgo (dirección) y se extiende por toda la organización, dirigido específicamente a aquellas personas que trabajan directamente con los jóvenes.