Desafío:Las personas tutoras o responsables (madres, abuelos etc.) de las muchachas y las niñas, no ven el valor del deporte y/o no creen que es de interés para potenciar que sus hijas accedan a sus derechos.
Solución: Organizar una reunión con ello/as en el inicio del programa. Es importante tener a estas personas del lado del equipo, para que las niñas y las muchachas no sean llevadas en direcciones diferentes a sus responsables. Hay que ser transparentes acerca de lo que se pretende hacer y sobre la intención de conectar el deporte con los derechos de las niñas y las muchachas.A menudo es importante discutir las formas en que la familia se beneficiará si una niña o muchacha sabe sus derechos y tiene capacidad para reconocer y protegerse de la violencia basada en género. Como ventaja, se puede incluir en esta conversación, su salud física y emocional, sus perspectivas de matrimonio, su educación y su capacidad de ser feliz y contribuir económicamente a la familia. Hay que hacer espacio para preguntas y discusión honesta. Cuando un responsable del cuidado de una niña se echa para atrás, es importante organizar reuniones con ello/as para encontrar un terreno común. Considere la posibilidad de invitarlo/as a una sola sesión, en un esfuerzo por ganarse su confianza y promover la transparencia. Pregúntenle si hay un tema o problema en particular que les gustaría abordar. Hacer espacio para incorporar sus sugerencias y comentarios.